Enumeración del agua El agua en el azul izado del mediodía en Aegiali. La que se relame por las rocas de los muelles o gorgotea en las narices del puerto. La lavandera, que se disuelve en mugre. En la barranca el líquido cigarrillo del crepúsculo. El detrito tumultuoso hasta el Embudo. Hasta el Embudo, la antipatía del Canal. La tiniebla en sus seres despiadados. El ocular secreto de los peces. La que encarna el mal en la oda de Neruda. La sorda resentida que asesina las raciones del ternero. Y la serena modestia en la botella. Agua en el hilo sudoroso del deseo. La hermana de la curva en su saliva. La prima lerda que se vierte y no se nombra. La del pámpano que rompe su camisa. La escurridiza túnica del pétalo. Lo que hay tras la ropa de la leche. De noche, la que se lo pasa hablando sola. La que espera siempre abajo. La muda y lenta explosión del ahogado. La oscuridad que se esconde tras lo oscuro. Tras la ventana, la que hace coro a la tibieza. La fugaz, que resbala sobre el daño. Y el agua indecisa que en la presa de sus párpados amontona la alegría.